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Busca extraer antioxidantes de la piel del maní para alimentos funcionales

Busca extraer antioxidantes de la piel del maní para alimentos funcionales

La iniciativa surgida en el ámbito del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas busca incorporar valor agregado a desechos generados por la industria manicera.

Un equipo del área de alimentos del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM se encuentra trabajando en la revalorización de desechos derivados del maní para luego adicionarlo en la elaboración de alimentos funcionales.

«La iniciativa propone revalorizar un subproducto de la industria manicera como lo es la piel o tegumento del maní, a fin de poder extraer fracciones enriquecidas en antioxidantes con potencial a ser adicionados en alimentos», explicitó la ingeniería en Alimentos Camila Urenda.

El maní, tal y como se conoce en el mundo de los consumidores, está recubierto por dos capas. Primero está la cáscara, que ocasionalmente es utilizada para generar energía en aquellas fábricas que cuentan con las instalaciones para hacerlo, y después está la piel colorada que recubre al fruto seco y actualmente es desechada por la industria. Según indicaron desde el grupo de trabajo de la UNVM, esta última capa científicamente denominada tegumento cuenta con el potencial necesario para la extracción de un antioxidante natural como lo es el reverastrol.

«El reverastrol serviría, en principio, para reducir los niveles de azúcar en sangre, reforzar el sistema inmunológico e impedir la aglomeración de proteínas en el cerebro, contrarrestando el avance de enfermedades como el alzheimer, entre otras», comentó Urenda, quien es graduada de la casa de altos estudios y forma parte de este equipo que busca la revalorización de subproductos generados por la agroindustria.

La relevancia de esta iniciativa radica en la posibilidad de tomar un desecho, disminuir su impacto ambiental y utilizar sus beneficios nutritivos al adicionarlo en otros productos de consumo diario: «la idea es obtener el aceite de reverastrol a través de distintos mecanismos de extracción para luego aislarlo y buscar la mejor forma de incorporarlo a otros alimentos», especificó. De esta manera, se le ofrece a la industria la posibilidad de revalorizar un subproducto de la producción manicera mediante la generación de alimentos funcionales para el organismo sin necesidad de recurrir a aditivos artificiales.

«Si bien por el contexto actual no hemos podido llevar a cabo las tareas prácticas en los laboratorios de la UNVM,

«Ante la imposibilidad de llevar adelante tareas prácticas, actualmente nos encontramos realizando avances en cuestiones de abordaje teórico referido a las diversas formas existentes para la extracción de este aceite. Se trata de una matriz compleja que implica probar distintas sucesiones para encontrar la forma de extraerlo en el estado más puro posible», puntualizó la investigadora local y agregó: «lo positivo de esta línea es que hay una importante predisposición por parte de la industria, están atentos a los avances que se realizan en la UNVM y lo toman como una oportunidad para elevar los estándares de la producción».

Desde el equipo de trabajo destacaron que, si bien esta primera instancia apunta a un derivado del maní, se prevé en una segunda instancia la posibilidad de trabajar en el aprovechamiento del ácido láctico con el mismo objetivo de refuncionalización, entendiendo la importancia que esto tiene para la cuenca lechera en la que se encuentra inserta la casa de altos estudios villamariense.

Cabe resaltar que el proyecto donde interviene Urenda es dirigido por la doctora Marianela Sánchez y co-dirigido por el doctor Mario Lanteri. Además cuenta con la participación de Humberto Quiñonez, estudiante de la carrera Ingeniería en Alimentos que se encuentra colaborando en el marco de una beca de Estímulo de Vocación Científica (EVC) promovida por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).

Perfil de la investigadora

Camila Urenda tiene 23 años y es oriunda de Villa María. Graduada como Ingeniera en Alimentos por la UNVM en 2018, durante su formación fue beneficiada por las becas EVC del CIN y participó como ayudante-alumna rentada y ad-honorem en distintos espacios curriculares de su carrera. Desde principios de este año es beneficiaria de una beca doctoral del Conicet enmarcada en el «Doctorado en Ciencias Mención Agroalimentos», propuesta de máximo grado académico que dicta la Universidad Nacional de Villa María.

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