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Joan Ramón Rodríguez-Amat ofreció una conferencia en el marco del Encuentro de Cátedras de Comunicación, Política y Desarrollo que se realizó en el Campus de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM). En la oportunidad, el Senior Lecturer en la Universidad de Sheffield Hallam, Reino Unido, abordó la (Geo) localización de la cultura y retomó una publicación de Homi Bhabha en los años ’90 sobre la transformación de lo cultural.

“Él se dio cuenta de que el colonialismo había construido unas categorías que ya no funcionaban mas, hoy 25 años después nos encontramos con otro fenómeno que es que generamos una cantidad de datos en nuestra actividad on line y todos llevan impresa la firma de una geolocalización y tienen las coordenadas en las que todos los likes tienen lugar”, afirmó. A partir de allí se preguntó sobre propiedad, control, territorio y población. “Hay cosas que damos por supuestas pero tenemos que pensarlas para discutir las categorías de lugar, la noción de espacio, adónde estamos y quiénes somos”, puntualizó.

En diálogo con la Secretaría de Comunicación Institucional afirmó que los datos “se presentan como monstruos fantasmagóricos” que están ahí pero “poco se sabe del peso político específico que tienen” y “las estructuras que los generan” mientras los usuarios aparecen “fascinamos con sus posibilidades y todas las herramientas” que ofrecen los aparatos. “Todo este juego de magia tiene el truco que es que esconde una industria que se aprovecha de estos datos; Netflix vive de los tiempos de pantalla, Facebook de los likes, Google en lo que se busca, porque se están generando datos que le dicen al satélite adónde estás, es un sistema de GPS de coordenadas que pertenece a una determinada mirada del mundo”, agregó.

Uno de los aspectos que destacó fue el interés de comunicarse: “Me interesan las ganas de decirnos cosas como un principio político fundamental, esa capacidad de hablar y las ganas de hablarnos que nos empodera”. Según Rodríguez-Amat, este espacio comunicativo “es muy complejo, hay muchísimas narrativas y percepciones en conflicto”. En ese sentido dijo que “no es lo mismo para la policía que para los manifestantes, ni para los medios de comunicación, ni los movimientos sociales; todos entienden el espacio de formas distintas y estas narraciones se perciben en el circuito comunicacional que se genera”.

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