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Cynthia Ottaviano y Roberto Caballero llamaron a repensar las agendas y defender a la comunicación como un derecho humano.

En el marco de la Semana de la Comunicación y del Periodismo, organizada por el Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Sociales (IAPCS) y la Secretaría de Comunicación Institucional (SCI) de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), Cynthia Ottaviano y Roberto Caballero participaron del panel Periodismo desde Casa, coordinado por la docente e investigadora Malvina Rodríguez.

Durante una hora de conversación a través de una plataforma digital que incorporó a estudiantes, docentes, comunicadoras y comunicadores; se abordaron diferentes tópicos relacionados con la práctica periodística en la actualidad y los cambios que introdujo la pandemia en una profesión en crisis.

“Lo que el Covid-19 nos ha mostrado es un mundo que convive con niveles de desigualdad que son insoportables para muchos”, enfatizó Caballero. Ante ello, hizo hincapié en que “la democratización de los medios fracasó” y “las nuevas agendas tienen que ver con visibilizar a los sectores más perjudicados”. En el mismo sentido, Ottaviano recordó que “por las desigualdades” no se sabe “qué pasa con las comunidades originarias en la pandemia” porque existe una “mirada porteño-céntrica” sesgada, mientras “las realidades son muy diversas”. Además se refirió a “una crisis muy profunda” a la que definió como “infoxicación” producto de noticias que “terminan intoxicando”.

Para la primera defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, existe la necesidad de hacer periodismo de servicio, “transparentar las estructuras periodísticas y repensar las empresas, porque si no se mercantiliza la comunicación que es un derecho humano”. Asimismo, introdujo la perspectiva de género como un aspecto “muy importante en la formación profesional” y destacó la figura de Petrona Rosende, primera periodista argentina.

“Tenemos que reconocer al periodismo como una herramienta de transformación social y no como un mero trabajo, y desde ahí repensar las agendas”, añadió.

En esa línea, según Caballero, el problema es la “concentración” que pone al periodismo “en la encrucijada de preguntarse para quién trabaja, porque hoy lo que se informe o no tiene efectos en la salud” de las personas. “Hay un maltrato hacia las audiencias y un juego perverso que hace que el periodista esté presionado, nuestro trabajo es tratar de iluminar con un fósforo en medio de la caverna”, añadió.

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