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En el Foro de Editores organizado por Eduvim, el investigador Alejandro Dujovne planteó “reconocerse como socios y trazar una agenda común”. Además, propuso articular para “trascender la situación crítica”

La Editorial Universitaria de Villa María (Eduvim) organizó un Foro de Editores que se desarrolló en el marco del Festival Villa María Vive y Siente. Este encuentro fue parte de las diversas actividades previstas por el décimo aniversario del sello y se realizó bajo la consigna “La edición de libros en la crisis argentina”.

De este foro participaron editores y editoras de editoriales privadas y públicas de la provincia de Córdoba y otros puntos del país. El especialista en estudios sobre ecosistema del libro, Alejandro Dujovne, destacó el valor de esta experiencia que les permite a los participantes “alcanzar un diálogo común, identificarse y pensarse colectivamente”.

En una entrevista realizada por la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM, el profesional remarcó la necesidad de “poder dar un paso más allá de la pura catarsis o la salida individual que suele suceder en una circunstancia crítica como la actual”.

Consultado sobre la realidad de la edición en Argentina, Dujovne aseguró que existe una “decaída sostenida” desde 2015. “La caída que parecía empezar a amesetarse terminó por agudizarse, cayendo en un 50 por ciento en los últimos meses”, precisó.

Asimismo, reflexionó sobre a quiénes afecta esta recesión y señaló que hablar del libro no involucra a un solo actor, las editoriales, sino que se debe observar el conjunto, lo que denominó “el ecosistema del libro”. En tal sentido explicó: “Las ventas caen, caen en definitiva las librerías, venden menos y al mismo tiempo ven aumentados los servicios, los impuestos, hay una presión sobre un sector que es fundamental en la circulación y en la puesta en valor del libro. Eso impacta en las editoriales, en los talleres gráficos las imprentas, y fundamentalmente en el sector de la cadena más simbólico, cultural, el que produce el valor intelectual que son los investigadores”.

Entre las preocupaciones del contexto reflexionó que “si los autores no tienen donde canalizar su producción, esta crisis termina impactando en la posibilidad de la producción intelectual, y la circulación de las ideas, mermando la riqueza que tiene una sociedad, que circula, se difunde y es apropiada a través de este objeto que es el libro”.

Edición universitaria

Según Dujovne, al sector de las editoriales universitarias “le caben las generales de la ley, en el sentido que se ve impactado como todo el conjunto, por una baja del consumo una retracción de las compras, hay una preocupación específica que está ligada a los recortes de presupuestos universitarios, en ciencia y en cultura”.

Además, los públicos de la producción del libro universitario son docentes, investigadores e investigadoras y estudiantes, sectores impactados por los recortes. “El sector vive un doble impacto, sumado a las tensiones que se generan en cualquier universidad que se ve afectada por una crisis, disminuye la capacidad para pensar en nuevos proyectos y termina en estrategias más tímidas o conservadoras”, aseveró.

Al ser consultado sobre el foro, Dujovne celebró el encuentro “como una estrategia de primer nivel político para verse las caras, reconocerse como socios y trazar una agenda común”. Al mismo tiempo instó a “trascender la situación crítica, pensando cómo articular con el Estado de manera creativa, inteligente, y no desde un lugar clásico”. Para ello, llamó a “contemplar lo local, lo provincial y lo nacional” y a plantear una agenda para hacerle saber al Estado “que existe el problema” y “hay alternativas”.

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