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La secretaria académica del Instituto de Ciencias Humanas, Silvia Paredes, analizó el rol docente en contextos adversos y reflexionó sobre la enseñanza como profesión.

Con el inicio del nuevo ciclo lectivo y la vuelta a la presencialidad, el Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Humanas (IAPCH) de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) renueva su apuesta a las carreras de formación docente con los profesorados en Lengua Inglesa, Lengua y Literatura, Matemáticas y la Licenciatura en Educación Física; así como a la formación de pedagogos y psicopedagogos a través de la Licenciatura en Ciencias de la Educación y la Licenciatura en Psicopedagogía.  Este año, además, dará continuidad a la Licenciatura en Gestión Educativa que volvió a implementarse -con modalidad a distancia- durante 2021.

Acerca de la oferta formativa de la UNVM en el ámbito de educación, la secretaria Académica del IAPCH, doctora Silvia Paredes, comenta: “Como sociedad, tenemos que seguir valorizando el trabajo docente con mucha exigencia de formación profesional. Siempre decimos -citando a otros colegas pedagogos-, todos tenemos algo para enseñar, pero algunos hacemos de la enseñanza nuestra profesión y ahí aparece una responsabilidad de formación sustantiva que tenemos que mantener”.

Con la irrupción de la pandemia y la implementación de la virtualidad como vía posible para sostener la enseñanza, Paredes afirma que la singularidad de la formación docente pudo verse reflejada una vez más. “Vimos en memes o chistes a padres desesperados diciendo: cómo hace la maestra para enseñar a 20, ¡yo no puedo con uno! La diferencia está en que hay una formación profesional que nos dota de ciertos criterios, conceptualizaciones, herramientas metodológicas para poder proponer una clase”, destaca.

Por otra parte, en relación a la incorporación de la tecnología en la propuesta pedagógica, la funcionaria menciona que si bien la misma se aborda desde mucho antes de la pandemia, los procesos tanto en la formación docente como en el propio sistema escolar se aceleraron durante los dos años de virtualidad. Y enfatiza que, más allá del recurso utilizado, la clave está en la propuesta pedagógica que las y los docentes elaboran de acuerdo a un contexto específico, ya que “la práctica pedagógica no puede pensarse si no es situada”, siendo el docente quien puede poner en diálogo todas esas dimensiones propias de la  práctica de enseñanza.

En este sentido, lejos de cierto mito de que el trabajo docente es rutinario, Paredes señala: “Los y las docentes estamos todos los días inventando de nuevo nuestra propuesta, por supuesto con cosas que se reiteran, pero siempre atentos al contexto y a la situación de aprendizaje de las/los estudiantes con quienes trabajamos. Sin duda, todas las veces recreamos aquella propuesta que hemos diseñado”.

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