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El educador en cárceles Francisco Scarfó disertó en la UNVM. Fue durante la «Jornada de Extensión Universitaria y Derechos Humanos», desarrollada en el marco del relanzamiento del Observatorio de Derechos Humanos y la celebración de los 10 años del proyecto Comunicación para la Inclusión. 

Con motivos del relanzamiento del Observatorio de Derechos Humanos y la celebración de los diez años del proyecto Comunicación para la Inclusión -que se desarrolla en la cárcel de Villa María-, el Instituto de Extensión de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) realizó una Jornada de Extensión Universitaria y Derechos Humanos que contó con la participación del educador en cárceles, Francisco Scarfó.

La conferencia brindada por el educador se sostuvo bajo el título Reflexiones sobre el Derecho Humano a la Educación en el contexto de la cárcel. Allí, el magister en Derechos Humanos por la Universidad Nacional de La Plata, fundador y actual presidente del Grupo de Estudio Sobre Educación en Cárceles (GESEC), expuso sobre los desafíos de educadores/as a la hora de “recobrar el sentido transformador” de la práctica docente.

En diálogo con la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM, Scarfó expresó que reflexionar sobre el aspecto transformador de la educación, es a su vez pensar la calidad de su práctica en términos de un derecho humano, lo que para educadores/as implicaría “desafiar las lógicas y dinámicas que el dispositivo cárcel, como institución de disciplinamiento,  impone a los sujetos que la transitan”.

En este sentido, el magister puntualizó que los/as educadores/as en contextos de encierro, debieran “tener la impronta de poder reflexionar sobre su práctica, desnaturalizar situaciones de la vida cotidiana que ocurren en la cárcel” para lograr crear climas favorables donde las personas privadas de la libertad tengan “posibilidades de autopercibirse como sujetos de aprendizaje”.

De análogo modo, al ser consultado acerca de las políticas públicas implementadas en cárceles para el sector de mujeres y disidencias en términos de una educación con perspectiva de género, Scarfó mencionó que, por una lado, “en lo que refiere al colectivos trans y otras identidades de género, los sistemas penitenciarios aún no tienen un desarrollo fuerte en el tema, y  hay todavía conflictos, por ejemplo, acerca de dónde ubicar a la persona trans, en qué pabellón, o en qué sector de la cárcel”.

“Con respecto a la mujer privada de la libertad, aún siguen prevaleciendo instancias formativas que reproducen el rol de la mujer en el ámbito doméstico”, relató el educador, y agregó que los cursos y propuestas formativas, a veces o en general, llevan a que la mujer siga estando, reproduciendo o ejerciendo ese lugar del hogar. “No hay igualdad de ofertas educativas como tienen los hombres”, enfatizó, y ejemplificó que mientras “el curso de programación se dicta sólo para hombres”, las mujeres sólo tienen acceso a cursos del tipo corte y confección.

“Las mujeres van a unidades penales en donde están en un anexo, donde no llegan todas las ofertas educativas, ni todas las ofertas de salud. Es una situación que merece mucha atención en términos de presentarse el colectivo de mujeres y el colectivo de personas trans en situación de vulnerabilidad con respecto al resto de los colectivos que están en la cárcel”, finalizó.

 

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