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La socióloga afirmó que existe “la idea facilista de que explotando los recursos naturales se puede alcanzar el desarrollo”, cuando en realidad genera “mayor dependencia” y “la destrucción de los territorios”. Lo hizo en el marco del I Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales.

La socióloga e investigadora Maristella Svampa disertó en el I Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales organizado por la Secretaría de Investigación y Extensión del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM). Esta presentación tuvo lugar en el Campus universitario, donde analizó “debates sociopolíticos, problemáticas socioambientales y nuevos abordajes teóricos en América Latina”.

En una entrevista con la Secretaría de Comunicación, la especialista en temáticas socioambientales precisó que en América Latina existen diversos debates relacionados a estas cuestiones, como también a la sociopolítica, los sectores subalternos y pueblos originarios, la geopolítica y la dependencia, pero todos son atravesados por el concepto de desarrollo. “Este debate está ligado a lo que denominamos la expansión de las fronteras del neoextractivismo”, puntualizó. Sin embargo, aclaró que la problemática socioambiental “no está presente” en las Ciencias Sociales ni tampoco en la agenda pública y política. “A través de la crítica tuvo mucha presencia en países como Bolivia o Ecuador, mucho menos en Argentina donde hubo una obturación recurrente de las problemáticas socioambientales ligadas al impacto del glifosato y la expansión sojera, no solo sobre el territorio sino las consecuencias sociosanitarias, también sobre la mega-minería a cielo abierto y, por último, Vaca Muerta y la explotación de hidrocarburos por métodos no convencionales”, expresó.

Según Svampa, el gobierno anterior en Argentina “habilitó la obturación de estos lenguajes” y en el actual “la eliminación de los debates es clara y está ligada a la flexibilización de las normativas ambientales protectoras que existen”. En tal sentido puntualizó que hubo una tentativa de hacerlo con la Ley Nacional de Glaciares, pero después de 9 años la Corte Suprema de Justicia falló a favor de su constitucionalidad. De todos modos, existen más de 40 proyectos para instalarse en la zona protegida por esta ley. “El lobby es tal que hay poco debate sobre estas cuestiones y abarca al pensamiento conservador ligado al neoliberalismo y a los sectores progresistas, tienen una visión hegemónica del desarrollo vinculada al productivismo y la idea del crecimiento indefinido cuando estamos asistiendo a una crisis ecológica de alcance planetario que puede verse en el cambio climático”, afirmó.

Al ser consultada sobre las políticas futuras en materia energética sostuvo que Argentina tiene “un gran potencial” para energías renovables. “En ese sentido no se trata solamente de diversificar la matriz energética, sino de repensar el sistema energético para democratizarlo y terminar con la pobreza energética”, añadió.

La socióloga puntualizó que en Argentina y en muchos países de América Latina existe la creencia de que por ser poseedores de un recurso natural ligado el modelo de explotación se podrá llegar a alcanzar el desarrollo. “Esta idea mágica se instaló en la política latinoamericana, lo vemos en Vaca Muerta, en la soja como panacea, en el litio, anteriormente los minerales y metales”, añadió. Asimismo, especificó: “En todo caso está la idea facilista que explotando los recursos naturales podremos alcanzar el desarrollo, cuando está probado que ningún país periférico se desarrolló explotando sus recursos naturales, eso generó más dependencia además de la destrucción de los territorios con las consecuencias con la salud de las personas que los habitan”.

Por otra parte, con relación a la situación de los pueblos originarios afirmó que “atraviesan una situación muy dramática”. Este contexto fue provocado por la “expansión de las commodities” a territorios que “no eran valorados por el capital y hoy lo son”. En Vaca Muerta “habitan 20 comunidades, casi todas Mapuches, y hubo una normativa que los ignora”. Sobre este tema, Svampa recordó que la Ley de Hidrocarburos no convencionales “ni siquiera consulta a estos pueblos si aceptan que se realicen emprendimientos de alto impacto sobre sus territorios y sobre sus culturas”. Al mismo tiempo, “este gobierno abonó la demonización de los pueblos originarios como nuevo enemigo” y “busca instalar la idea de que son usurpadores y terroristas” con el objetivo de “deslegitimarlos y expulsarlos de los territorios que reclaman y avanzar en la lógica del capital”.

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